En Diariomotor ya conocemos a Colin Furze de ocasiones previas. Este inventor loco y youtuber afincado en Reino Unido suele transplantar motores de moto en todo tipo de artefactos, como segadores o sillas de ruedas, sin ir más lejos. También tuvo la genial idea de hacer explotar varios kilos de fuegos artificiales dentro de una furgoneta y construyó una moto voladora completamente funcional. Su última hazaña ha sido una colaboración con Top Gear, en la que ha aprovechado para instalar en las entrañas de un coche de choque un motor de 600 cc procedente de una moto deportiva.
Bajo su carrocería late un motor de moto de 100 CV de potencia, y un tren de rodaje con sólo 3 ruedas de pequeñas dimensiones.
Este motor tiene una potencia de unos 100 CV, que pasan al suelo mediante unos pequeños neumáticos, posiblemente procedentes de una segadora, o un vehículo motorizado similar. Esta brillante invención usa como base un bonito coche de choque de los años 60, cuyo diseño exterior han respetado completamente. Por fortuna, ya no necesita la toma superior de corriente para funcionar, ahora se mueve por sus propios medios y se pilota con los controles convencionales de una motocicleta. La idea de Colin Furze era batir el récord de velocidad de un coche de choque, y para ello, recurrió a “The Stig”.
El piloto de Top Gear se puso a los mandos de esta curiosa creación y se lanzó por la pista del aeródromo de Dunsfold, en busca de la máxima velocidad posible. Y lo hizo sin jaula antivuelco alguna, en un vehículo sin aerodinámica y con una batalla realmente corta. Parece la receta para un desastre, pero el piloto logró alcanzar 172,8 km/h sin percance alguno. Haciendo la media de dos trayectos, logró obtener un récord Guinness con una velocidad media