La posición de Toyota Motors en el sector del automóvil mundial es envidiable. Que haya perdido su cetro de marca más vendida en favor de Volkswagen para ella no es preocupante. Por ello está más pendiente de sus negocios que de lo que hace la competencia. Entre los asuntos que más absorta la tienen están la preparación de la próxima generación del Auris y decidir qué pasará con el actual Avensis para Europa.
La actual generación del compacto japonés lleva casi cuatro años a la venta y su sucesor debería llegar al mercado en dos o tres años a más tardar. Este importante modelo se fabrica en exclusiva para Europa en la fábrica que tiene la firma en Reino Unido. Sin embargo, con los problemas que está planteando el Brexit, los responsables de la firma están meditando muy bien qué hacer con su fábrica inglesa y con la línea productiva que ensambla las unidades del Auris.
Lo normal cuando su va a lanzar un modelo nuevo al mercado, es que tres o incluso cuatro años antes de que se produzca el hecho se decida en qué fábrica se va a ensamblar. Hacerlo con tanto tiempo no es por gusto, pues para cuando el modelo esté a punto de salir de las líneas de montaje se han tenido que realizar las inversiones necesarias en maquinaria, formación para los operarios y otros asuntos.
Sin embargo, los responsables de Toyota Motors estarían retrasando la toma de esta decisión para ver qué ocurre con el Brexit y las consecuencias económicas que podría traer para las empresas que allí están afincadas. Como solución a este problema podríamos tener un traspaso de fabricación desde Reino Unido hasta la factoría que tiene la marca en Francia (la misma en la que se fabrica el Yaris destinado a Europa). El traslado no