La llegada del coche autónomo de Uber, siempre según la firma americana, se producirá para antes de 2020. Llevan mucho tiempo realizando las pruebas necesarias para poner a punto la tecnología que incluirán sus coches y parecía que lo tenían todo bajo control. Evidentemente no debemos obviar los problemas que han tenido con las autoridades de California y la denuncia que ha interpuesto Google por haberse apropiado de parte de su tecnología por culpa de un ex trabajador.
Sin embargo, parece que a Uber se le están complicando las cosas pues resulta que sus coches autónomos no son tan autónomos como ellos creían. Según Recode la flota de coches autónomos de la firma americana está teniendo problemas para realizar las pruebas de validación que les permitan poner en el mercado su servicio de coches autónomos. Además, este problema se estaría dando en Pennsylvania, Arizona y California siendo por tanto un problema endémico de la tecnología que montan los vehículos y no de los ingenieros que van con ellos.
Al parecer durante la semana se llevan a cabo más de 20 mil millas de conducción. El problema viene en que a lo largo de esta distancia los coches necesitan que los ingenieros de desarrollo intervengan más veces de las deseadas para corregir su conducción. Según desvela Recode, los pilotos no pueden circular más de una milla sin que los coches requieran de su ayuda para no abandonar la carretera, corregir la trayectoria o incluso evitar sufrir un accidente.
Uber ha comunicado que esta intervención no implica que sus coches sean inseguros o que no puedan circular de forma autónoma por las carreteras. Achacan esta necesidad de intervención a que la vía puede tener las líneas divisorias mal pintadas o a que los sistemas de navegación puedan estar mal. Sin embargo, no niegan que están