De Michael Paul Smith os hablamos hace ya tantos años que puede que solo los más viejos del lugar os acordéis. Es un aficionado estadounidense a las maquetas, que construye y pinta a mano para después fabricar increíbles dioramas, que nos transportan a tiempos pasados cargados de nostalgia. Tal y como un fotógrafo hizo con una maqueta de un Audi R8, Michael Paul Smith usa la perspectiva y los detalles para recrear escenas que podrían perfectamente confundirse con fotos reales. Ha incluso inventado una ciudad, llamada Elgin Park, que ha sido maravillosamente retratada por National Geographic en un corto muy especial.
Este pueblo ficticio, recreado con todo lujo de detalles, está basado en recuerdos de la infancia del propio Smith.
Elgin Park es una ciudad ficticia, pero podría perfectamente ser cualquier ciudad estadounidense, anclada en los años 50 y 60 del siglo pasado. Michael Paul Smith ha modelado escenas de todo tipo, desde concesionarios de coches clásicos a una grúa, tratando de rescatar a un camión volcado en una calle. No sólo ha construido los coches, también las casas y carteles de este pueblo ficticio, con todo lujo de detalles y autenticidad. Para darles un aspecto aún más real, fotografía sus escenas al aire libre, logrando un impresionante efecto real gracias a la luz del sol y los árboles, que sí son parte de nuestro mundo.
Michael ha llegado a recrear condiciones climatológicas como la lluvia o la nieve, así como a aplicar “suciedad” y otros efectos visuales a sus composiciones. No son una novedad en el mundo del diorama, pero su juego con las perspectivas y la realidad es el gran atractivo de su trabajo. El corto que National Geographic le ha dedicado merece ser disfrutado con calma, y saboreado. El mundo necesita más personas como Michael P. Smith, que viven