Hasta hace nada, cuando escuchaba a un Porsche pasar cerca de mí no necesitaba girar la cabeza para saber de qué coche se trataba. El sonido de un bóxer atmosférico de seis cilindros es uno de los más sencillos de diferenciar, más característicos y con más personalidad. Pero hace unos días constaté que, o mi habilidad para diferenciar el timbre del sonido de un motor se ha perdido, o esta nueva generación de motores turboalimentados ha perdido su personalidad. Y mucho me temo que ha sucedido lo segundo. De ahí que los escapes opcionales disponibles en la gama Porsche 911 y alternativas de terceros, como el sistema de escape desarrollado por Akrapovic para los Porsche 911 Carrera (991.2).
Akrapovic ofrece una línea de escape completa, incluidos los colines, y hasta un difusor de fibra de carbono para remplazar por completo el presente en los nuevos Porsche 911
Akrapovic ha creado un sistema de escape integral que, como de costumbre aporta un sonido muy contundente y con personalidad, que además de la línea de escape y los colines de acero inoxidable, también pueden combinarse con la sustitución completa del difusor posterior del Porsche 911 con una pieza fabricada en fibra de carbono. Akrapovic también destaca el ahorro de peso como un argumento para optar por sus componentes, en torno a un 35% con la línea de escape completa, y unos 400 gramos adicionales escogiendo el difusor trasero.
Aunque es cierto que los nuevos Porsche 911 ya no suenan como antes, por una cuestión física muy obvia, la de la incorporación de un sistema de sobrealimentación basado en la recirculación de gases de escape, no todo está perdido. Porsche ha buscado, en la medida de lo posible, que sus motores sigan gozando de un sonido con personalidad y, por otro lado, con un tacto de