Ya llevamos varios años quedándonos asombrados con la incorporación de modelos deportivos, superdeportivos o coches lujosos a algunos cuerpos policiales. Dubái ha creado una flota de vehículos a su policía valorada en tantos millones de euros que ya prácticamente no nos sorprende ningún coche con rótulos y rotativos por muy prestacional que sea.
El caso es que esta moda también llega a mercados, países y localidades donde no es tan necesario aparentar riqueza de una forma tan estúpida como esta. Pese a calificarlo de “estúpido”, un deportivo siempre es un deportivo y, por tanto, nos alegra la vista. El último deportivo en prestar servicios a la policía es un Porsche Cayman GT4, que se incorpora a la policía de Norfolk, en el este de Inglaterra.
La organización benéfica “Lind Trust” que ayuda a los jóvenes ha sido quien ha donado este coche al cuerpo policial de Norfolk. Como en la mayoría de casos (salvo en Dubái), este coche no va a ser utilizado como un vehículo patrulla más, pese a llevar los vinilos y los rotativos habituales. El objetivo es reducir las barreras que existen entre los agentes de policía y los jóvenes conductores y los adolescentes, en las escuelas y en los institutos. Es decir, un trabajo de “relaciones públicas”.
El Porsche Cayman GT4 no es un Bugatti Veyron, ni un Lamborghini Aventador, ni tampoco un McLaren P1; pero aunque su potencia esté bastante por debajo de la de estos modelos citados, el modelo alemán es un deportivo de pura raza.
Este Cayman GT4 tiene, entre los asientos traseros y el eje posterior, un motor 3.8 atmosférico de seis cilindros horizontales opuestos; que viene del utilizado hace unos años por el 911 Carrera S. Su potencia máxima es de 385 CV. La combinación del sonido atmosférico girando alto de vueltas a plena carga,