La llegada del BMW X6 revolucionaba el segmento. La marca de las aspas se sacaba de la manga un productor premium, SUV y además deportivo. Hasta entonces los conceptos deportivo y todocamino no habían estado tan estrechamente ligados, pues no cabía esperar que un SUV pudiera destacar por su imagen deportiva o sus capacidades dinámicas. La marca de la estrella respondía tiempo después, motivada por la gran aceptación de su compatriota, lanzando el Mercedes GLE Coupé. Empezaría así una lucha en dos frentes, uno con el BMW X6 y Mercedes GLE Coupé como contrincantes, y otro protagonizado por el BMW X4 y nuestro invitado de la semana. Os presentamos la prueba del Mercedes GLC Coupé 220d, un SUV que engancha.
¿Qué está pasando en el mercado? Parece una pregunta del pasado, ¿verdad? Que el SUV se ha convertido en una de las grandes alternativas a la hora de comprar un coche, parece bastante claro. Claro como el agua también es el hecho de que los fabricantes apuestan, cada vez más, por este tipo de modelo, lanzando todocaminos de todas las clases. Son atractivos, prácticos, algunos muy aventureros… el segmento del monovolumen e incluso el de las berlinas está en serios problemas hace tiempo. Aunque, como te venía contando, hay todocaminos de todas las clases, y el Mercedes GLC Coupé es de esos modelos que no se compra con la razón, sino que se hace escuchando únicamente al corazón.
El hermano divertido del Mercedes GLC
¿Qué porque? Sencillo. Nos encontramos con un SUV de 4,73 m. de largo, 1,60 metros de alto y 1,89 m. de ancho. En contrapartida, su hermano el Mercedes GLC, el que no monta la carrocería deportiva, mide 4,65 m. de largo y 1,63 metros de alto. Es más corto y más alto, tiene más maletero y como podéis imaginar