Imagina la situación. Es la primera vez que sacas tu flamante Ferrari 458 Italia a la calle en varias semanas. Llevas esperando este momento durante mucho tiempo, deseas saborer tu joya, tu coche más mimado. Vas circulando tranquilamente por una carretera secundaria, y de repente, pisas un enorme socavón. El socavón es tan profundo y duro que revienta tu neumático, dobla la llanta y hace que el airbag del acompañante salte. Es lo que le ha sucedido a Scott Nicholas hace unos meses. Tras el enorme disgusto, y 3 meses de reparaciones, denunció al Estado por el terrible estado de las carreteras, exigiendo compensación.
En España, reclamar al Estado, Ayuntamiento o C.A. por daños provocados por un mal firme es complicado y farragoso.
Antes de seguir, aclaremos un detalle: esto ocurrió en Reino Unido, no en España. En España es posible exigir compensación al Estado, Ayuntamiento o Comunidad Autónoma por daños en tu vehículo a causa de carreteras en mal estado, pero el proceso es lento, farragoso y complicado – para variar. Del caso español os hablaré en otro artículo próximamente, porque creo que es algo que todo el mundo debería saber. Volviendo a Scott Nicholas, los daños provocados en su coche fueron cuantiosos: aparte de la explosión del airbag, la llanta de aleación se dobló de forma ostensible, y se produjeron daños en suspensión y frenos.
Además, se llevó un susto de muerte. El impacto fue tan grande que pensó que había atropellado a un animal o una persona, y a punto estuvo de tener un accidente. Sólo el coste de reparación del salpicadero – el airbag perfora el tapizado de cuero – fue de 6.000 libras, y el coste de reparación de la rueda ascendió a más de 3.000 libras. La suspensión tuvo que ser realineada y los frenos revisados.