El sedán de tres cuerpos atraviesa un momento muy delicado, algo más que una crisis de identidad. El sedán que antaño era reflejo de la búsqueda de automóviles distinguidos y aspiracionales ha sido desbancado, casi por completo, por los SUV. Y ese efecto es aún más acusado entre los generalistas, que aún aspirando a recortar distancias con los premium – y el trío alemán definido por Audi, BMW y Mercedes-Benz – se encuentran con que el atractivo de los SUV eclipsa poco a poco a productos con tanto porte como el nuevo Opel Insignia Grand Sport. Pero eso no es lo único que nos importaba en esta ocasión al respecto del nuevo Opel. Ya hemos podido poner a prueba al Opel Insignia Grand Sport, en una primera toma de contacto que es más que suficiente para hablaros de lo que ha mejorado, y lo que no, en un producto que sin duda será uno de los rivales a batir de la categoría.
1. El Opel Insignia Grand Sport es más ágil y dinámico
Opel tenía un problema realmente importante, sus productos eran demasiado pesados, lo cual lastraba sus prestaciones y hacía que su rendimiento dinámico no estuviera a la altura del ofrecido por sus rivales. Esto además plantea un problema. Un coche demasiado pesado siempre te dará la sensación de que su motor no tiene la potencia que homologa y te pedirá que inviertas algo más en un motor más potente para resolver sus carencias.
¿De verdad ha adelgazado el Opel Insignia hasta 200 kilogramos?
Mientras estás leyendo este artículo, ya hemos tenido ocasión de conocer y …
Por suerte, Opel ha remediado la situación. El nuevo Opel Insignia Grand Sport es hasta 175 kilogramos más ligero que su predecesor, llegando el ahorro de peso hasta los 200 kilogramos en el caso del Opel Insignia