Cuando el actual Mercedes SLC deje de fabricarse, no habrá reemplazo. Es una frase dura y conclusiva, que comienza a repetirse en la industria automovilística, con fuentes anónimas confirmando su veracidad tanto a Automobile como a Car & Driver, en su edición estadounidense. Hace tiempo ya os habíamos hablado de las intenciones de Mercedes, que pretendía racionalizar su gama, eliminando algunos coupés y descapotables de escasas ventas, a favor de nuevos crossover. Parece ser que el Mercedes SLC – sucesor directo de aquellos maravillosos SLK – será uno de los primeros en despedirse para siempre. Pero, ¿por qué?
El Mercedes SLK nació en 1996 como hermano pequeño de los SL. En los 90, era un coche tremendamente popular.
Como diría mi abuela, “por exceso de venta” – entiéndase con las comillas. El segmento en el que se mueven los Mercedes SLC es cada vez más pequeño, y se ha visto reducido en un 50% desde el año 2008, cuando comenzara la crisis económica mundial. Aunque las ventas del resto de los segmentos se han recuperado, seguimos a niveles de crisis en segmentos tradicionales como el de los coupés o los descapotables. Aunque el Mercedes SLC fue renovado el año pasado, su actual generación – la tercera desde que el SLK fuera lanzado en 1996 – data del año 2011, y le quedan como mucho dos años más en el mercado.
Durará dos años más en el mercado siendo optimistas, y si Mercedes no deja caer la Espada de Damocles antes. El problema del Mercedes SLC es el mismo tanto en Europa como en Estados Unidos: los clientes han dejado de ver a los deportivos y coupés tradicionales como vehículos de estatus, reemplazándolos por crossover de lujo, muy en boga en estos momentos. En China ocurre lo mismo – y de hecho, las ventas