El concepto de Gran Turismo quizá sea uno de los más atractivos en el mundo del automóvil de calle. El intento de combinar a la perfección deportividad, con un gran motor bajo el capó, sin dejar de lado la comodidad de los ocupantes para largos viajes y cierta practicidad para el día a día -obviemos aquí las cifras de consumo- ha dado como resultado modelos de indudable atractivo a lo largo de la historia. Buenos ejemplos de ello son, por nombrar solo algunos, los Ferrari 250 GT Lusso o 500 Superfast de los años 60, su coetáneo Aston Martin DB5, o los ya más modernos Ferrari 599 GTB o Aston Martin DB11. Y aunque la mayoría de sus modelos han sido y son extravagantes diseños, imprácticos e irracionales, Lamborghini también ha tenido algunos GT. Uno de ellos es el rarísimo 400 GT, protagonista de estas líneas y cuyo destino al salir de la fábrica fue España.
Este Lamborghini 400 GT de 1966 es, además de una bella obra automovilística, una pieza importante en la historia de la marca de Sant’Agata; fue, de hecho, un modelo que marcó la evolución y el crecimiento del fabricante. El desarrollo del modelo comenzó en 1965, cuando Lamborghini se propuso aumentar la potencia y mejorar la habitabilidad interior de su primer coche de producción: el 350 GT. De esta forma nacía el conocido como 400 GT Interim.
El 400 GT Interim (no confundir con el 400 GT 2+2) es un biplaza que en muchos sentidos se podría considerar esencialmente como un 350 GT ‘vitaminado’. Lanzado apenas tres años después de que Lamborghini diese a conocer su primer prototipo en el Salón del Automóvil de Turín, el 350 GTV, cuenta bajo el capó con un V12 de 3,9 litros y 320 CV de potencia a 6500 rpm; un bloque diseñado por el ingeniero italiano Giotto