Cuanto más enganchados estamos a nuestros dispositivos móviles, mayor es la tentación de coger nuestro smartphone y manipularlo mientras conducimos. Hay que reconocer que estamos ante todo un problema, realmente grave si nos centramos en los conductores más jóvenes. Ni tan siquiera los avances en sistemas de entretenimiento y conectividad, que entre otras cosas han llegado al punto en que cualquier coche equipa de serie un sistema que nos permite realizar llamadas telefónicas, o atenderlas, sin separar las manos del volante, habrían conseguido que cada vez más conductores se distraigan con su teléfono móvil. En cualquier caso, mucho nos tememos que la idea que ha concebido Nissan en Reino Unido, aunque bien intencionada, es absurda, e inútil. Un prototipo instalado en un Nissan Juke que mucho dudamos vaya a comercializarse jamás. ¿Qué puede conseguirse en este Nissan Juke con una jaula de Faraday?
Sin entrar en demasiado detalle acerca del efecto de la jaula de Faraday, sí que es necesario mencionar la idea de que allá por 1836 un físico británico descubriera que los campos electromagnéticos externos no tenían ninguna influencia en el interior de un conductor en equilibrio. Trasladado a una situación cotidiana, es probable que en tu día a día te hayas encontrado con una situación típica que haya interrumpido una conversación telefónica, ¿por qué tu teléfono móvil funcionaba perfectamente en cualquier estancia de un edificio, y perdió la cobertura al entrar en el ascensor?
Aunque no sea una jaula de Faraday propiamente dicha, el revestimiento metálico de los ascensores hace que se comporten como tal. De manera que es normal que la señal de nuestro teléfono móvil se pierda en el momento en que accedemos a la cabina. Esta idea tan básica, del siglo XIX, habría sido aplicada en pleno siglo XXI por Nissan para resolver la problemática