Vivimos bombardeados por la explosión de nuevos modelos que son lanzados cada mes al mercado. En los últimos años, una gran parte de estos vehículos son crossovers, turismos que juegan a ser todocaminos, vendiendo una imagen aguerrida y una practicidad supuestamente superior a la de un turismo convencional. A pesar de su atractivo de cara al público, nos estamos olvidando de un tipo de coche extremadamente versátil, capaz y amplio: las furgonetas de pasajeros. Hoy, probamos la Ford Tourneo Connect, que combina lo mejor de un turismo con el enorme espacio a bordo de un vehículo de carga. ¿Argumentos suficientes para esta Ford frente a un crossover?
Una furgoneta de pasajeros es una alternativa ideal a un monovolumen de cinco plazas, un concepto absolutamente canibalizado por la expansión de los crossover.
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Desde luego, una furgoneta de pasajeros tiene menos “glamour”. La Ford Tourneo Connect está directamente derivada de la Ford Tourneo de carga, con la que comparte dimensiones y un aspecto cuadriculado. Aunque no puede negar su origen humilde, esconde una practicidad varios órdenes de magnitud superior a la de coches como el Peugeot 3008 o el Kia Sportage. Son sólo dos ejemplos de coches que pueden ser considerados alternativas a la Ford Tourneo Connect, pero que en verdad, juegan en ligas completamente diferentes. Aunque no os lo parezca, esta furgoneta es mucho más “turismo” de lo que se podría pensar.
Ford ha tratado de acercar su nueva generación de furgonetas de pasajeros a lo que un cliente medio esperaría de un turismo. Por ejemplo, en la versión Titanium que hemos probado, las defensas están pintadas del color de la carrocería. Todas las Tourneo Connect son saludan con una calandra con presencia, de borde cromado y flanqueada por dos ópticas atractivas. Aunque tienen una línea lateral muy