Para muchos aficionados al motor, Nürburgring es una meca. Un lugar donde poder disfrutar de la dinámica de tu coche, de sus prestaciones, rodeado de máquinas de altísimo nivel y una rica cultura del automóvil. Nürburgring es un paraíso, pero `por algo lo llaman el Infierno Verde. El reverso tenebroso del trazado alemán es su elevada peligrosidad, y en el circuito se producen accidentes a diario. Estos accidentes pueden destrozar tu vehículo, pero comportan una serie de costes ocultos que mucha gente desconoce.
Lo que el circuito te cobrará por tener un accidente
Nadie quiere tener un accidente. Pero el Nürburgring es famoso por sus múltiples salidas de vía, ya sea por exceso de velocidad, exceso de confianza o conducción temeraria. En ocasiones puntuales, las salidas se producen por aceite derramado en el asfalto. Si la salida de vía no tiene consecuencias, los comisarios levantarán banderas amarillas, te repondrás del trompo y continuarás tu camino. En este caso no se penaliza al conductor: lo único que se llevará de recuerdo será un buen susto.
Ante un impacto contra las protecciones, tendrán que ser reemplazadas. También tendrás que pagar por la grúa o por el tiempo de los comisarios de pista.
Los problemas vienen cuando impactas contra las protecciones metálicas o el accidente es tan grave que entran en escena ambulancias y bomberos. En el primer caso, al ser Nordschleife un circuito donde se celebran carreras certificadas por la FIA (como las 24 Horas de Nürburgring) toda barrera de protección dañada – llamadas “armco” en el lenguaje de los circuitos – debe ser reemplazada para que mantenga su capacidad de absorber impactos. Reemplazar estas barreras metálicas no es asequible.
Si nuestro accidente es grave y el circuito debe ser cerrado por nuestra culpa – ya que han tenido que intervenir los servicios