El país del sol naciente es todo un paraíso para los amantes del automóvil, como demuestra su cultura entorno al mundo del motor: multitudinarias concentraciones de coches, algunas de las modificaciones aftermarket más espectaculares del mundo (y con un marcado estilo propio) o disciplinas tan reconocidas hoy en día en todo el mundo como el drift, cuya cuna es Japón.
Su capital, Tokio, ha sido escenario de películas y videojuegos relacionados con la afición por el automóvil, las carreras callejeras o el drift más salvaje, pero es que además la ciudad cuenta con algunas mecas para los quemados, donde pueden reunirse, disfrutar de sus coches y de los de sus vecinos, intercambiar impresiones y, sobre todo, gozar de sus preciados vehículos.
Nuestro lector Héctor Soriano, al que agradecemos su tiempo, nos ha descubierto un rincón de Tokio que ha visitado recientemente, llamado Daikoku Futo y considerado uno de los lugares de peregrinación de la ciudad para todo tipo de conductores y sus monturas. Un sitio que cobra vida de noche, como si se tratara del plató de la mismísima ‘The Fast and the Furious: Tokyo Drift’.
A continuación os dejamos el relato del propio Héctor, que nos cuenta lo que se encontró por allí, así como un montón de fotografías de los vehículos que pudo ver. ¡Gracias, Héctor!
Como si de un tesoro Inca se tratase, llegar a Daikoku Futo requiere de la ayuda de un guía local que conozca la maraña de puentes, túneles y desvíos que conforman el amazonas de asfalto tokiota.
Shirota es ese guía local que me lleva en su flamante Nissan Cube. Él querría conducir un Skyline R34, pero me cuenta que no le llega (el dinero).
Daikoku Futo es el lugar de encuentro de aficionados al tuning y deportivos en general en Tokio. Este