Entre los días 5 y 11 de junio, la Dirección General de Tráfico llevó a cabo una campaña especial para intentar frenar el consumo de drogas y alcohol al volante. En parte, parece haber sido una campaña realizada por los últimos graves atropellos a ciclistas por parte de conductores de turismos que, en muchos casos, habían consumido drogas y/o alcohol. Es algo que hay que frenar y no nos importa lo más mínimo que sea por la vía rápida, los controles en carreteras.
En esa semana la DGT realizó nada menos que 158.941 controles en nuestras carreteras. De este total fueron 2.284 los conductores denunciados por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Puede no parecer un alto porcentaje, pero no me gustaría toparme con alguno de estos irresponsables y temerarios conductores. De todas esas pruebas se hicieron 1.959 test salivales para comprobar la presencia de drogas en el organismo, dando positivo 657 conductores, es decir, el 33,5 %.
Resulta cuanto menos sorprendente que en pleno año 2017, con tantas campañas de concienciación por todos lados, recibamos estas noticias. Hoy en día nadie puede decir que no conoce los efectos que producen las drogas o el alcohol al volante y el grave peligro que ello supone tanto para el propio conductor, como para sus acompañantes, como para el resto de usuarios de las vías. ¡El 33,5 % dio positivo en drogas! Cuesta de creer. Comenta la DGT que 442 casos daban positivo en cannabis, 268 en cocaína y 88 en anfetaminas.
La única “defensa” que les puede quedar a estos conductores es que, dependiendo de la sustancia, dura más o menos tiempo en el organismo, de modo que alguien que haya consumido drogas 15 horas antes (por poner un ejemplo) podría ser denunciado sin en ese momento conducir bajo los efectos.
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