El mercado del automóvil es muy dinámico. Donde algunos países parecen estar marcando récords de ventas constantemente otros dan alegrías y luego comienzan a hundirse. Rusia, además de ser el país más grande del mundo, no puede decir lo mismo de su mercado del automóvil. Cierto es que hace unos años todas las marcas querían entrar en él, pero con la crisis política y social que vive parece que al final no ha sido tan buena idea acercarse.
Una de las marcas que no estaba presente y que decidió embarcarse en la aventura fue la italiana Fiat. La casa necesitaba mejorar sus ventas a nivel mundial y Rusia ofrecía interesantes datos de crecimiento. Para ello decidieron importar algunos de sus modelos, como el 500, y para otros construir una nueva fábrica. Sin embargo, con la grave crisis económica que vive el país, los vehículos que son traídos del exterior han de pagar elevados aranceles y siendo así, las cuentas no cuadran.
De entre todos los modelos del catálogo de Fiat, los únicos que se han vendido meridianamente bien han sido el 500 y los industriales. Sin embargo, según han apuntado varios medios, entre los que están Auto Express y el diario ruso Izvestia, la cúpula directiva de Fiat estaría replanteándose su estrategia. De ser cierta esta información la firma tras alpina no será la única en abandonarla pues Opel y el Grupo PSA también se están batiendo en retirada.
Hasta hace un año, los Fiat Freemont, Punto y Dobló se vendían en Rusia a un ritmo aceptable, pero con la caída de las ventas y el ciclo de vida comercial de los modelos no era rentable mantener una estructura de ventas. Con todo las ventas anuales de Fiat en Rusia nunca han superado las 10 mil unidades y por tanto, en un mercado