La lucha por ocupar el primer puesto como el mayor fabricante de coches del mundo está más viva que nunca. El año pasado el Grupo Volkswagen logró arrebatarle el cetro a la japonesa Toyota. Sin embargo el escándalo del dieselgate y otras cuestiones relativas a adaptación de producto en los principales mercados mundiales les puede ocasionar más problemas a los alemanes.
General Motors y el Grupo Hyundai-Kia aún les quedaban lejos, pero en las direcciones de ambos colosos industriales no contaban con una alianza. Tras la adquisición por parte de Nissan de la también japonesa Mitsubishi, la Alianza Renault-Nissan ha pasado a ser el tercer grupo automovilístico en discordia por alcanzar la corona como más vendida.
Según datos de Jato Dynamics durante los primeros cuatro meses del año la Alianza Renault-Nissan ha vendido en todo el mundo 3,02 millones de unidades. El conglomerado alemán vendió 3,32 millones de unidades y Toyota Motors 3,06 millones de unidades. La diferencia entre los tres fabricantes está a sólo 300 mil unidades por lo que cualquiera de los tres podría alcanzar la cima a finales de 2017.
El CEO del grupo franco nipón, Carlos Ghosn, en una reunión con los principales accionistas organizada hace pocos días declaró que la Alianza estaría en condiciones de lograr el primer puesto como primer fabricante mundial. Sin embargo, también aclaró que este no es su principal objetivo, pues ahora más que nunca están centrados en asentar su posición en los mercados en los que son más fuertes y fortalecer aquellos donde aún están creciendo.
Los especialistas hablan de que las posibilidades para alcanzar dicho hito son probables aunque aún deben mejorar su posicionamiento global mundial para alcanzarlo. El pilar fundamental que ayudará a la Alianza Renault-Nissan a alcanzar este hito se encuentra en el segmento de los SUV y todo terreno. Tanto