La situación no podía ser más curiosa. Un cliente de Tesla baja al garaje y se sorprende al escuchar unos maullidos que provienen de su Tesla Model X. Tras la sorpresa inicial, dado que este conductor no tiene gatos en casa, identificó que los maullidos procedían de la zona del parachoques trasero. Una situación atípica, pero más común de lo que nos imaginamos. El calor y el resguardo que proporcionan los coches hacen que los animales se refugien y en ocasiones queden atrapados, como le sucedió a este gato. De ahí que sea sumamente importante que extrememos las precauciones cuando iniciemos la marcha en nuestro coche si lo hemos dejado aparcado en una zona frecuentada por gatos u otros animales callejeros, como parece que fue el caso de este Tesla Model X.
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El podcast
Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.
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