La mayoría de fabricantes tienen claro que el futuro pasa en gran medida por el coche eléctrico, especialmente en las grandes ciudades. Sin embargo, ese fantástico futuro en términos de reducción de emisiones que nos prometían todavía no ha ocurrido ni va a ocurrir a corto plazo. Las limitaciones técnicas de las baterías eran el principal escollo, pero hemos visto que en Noruega, gracias a incentivos fiscales, se puede invertir esa tendencia.
Así ANFAC ha pedido el pasado mes de mayo a la Unión Europea la exención o reducción del IVA para los coches eléctricos para estimular las ventas de este tipo de vehículos. La Comisión Europea, tras hablar con ANFAC, se muestra predispuesta a apoyar un IVA reducido para la compra de vehículos alternativos en Europa, lo que en España supondría rebajar el impuesto del 21% al 10%.
De momento, se trata solo de una valoración positiva y cada estado miembro debe revisar su reglamento de IVA. Y es que, recordemos, el IVA es uno de los aspectos en los que la Unión Europea no tiene competencia. Así, con el apoyo implícito de la Comisión Europea ANFAC tiene un argumento más a su favor para pedir esa reducción de IVA al ejecutivo de Mariano Rajoy. Éste todavía no ha facilitado respuesta.
Los fabricantes, como Nissan, apoyan esta medida por tratase de una modificación estructural que daría «estabilidad» a las ventas al no depender de un plan puntual, como lo fue el PIVE o es el MOVEA, por ejemplo, que podrían o no ser reconducidos en un futuro.
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