Primera hora de la mañana, primer vuelo del día. Un avión hasta París nos aguarda en Barajas desde donde más tarde daremos el salto hasta Clermont Ferrand, en el centro del país vecino. ¿Para qué? Michelin nos ha citado para lo que han bautizado como Long Lasting Performance y si creías que tras este nombre se esconde un test más donde sólo van a salir a relucir las bondades de la marca te equivocas, tras esta jornada en Francia se esconde un discurso que nunca habíamos escuchado por parte de una firma de neumáticos y es que en Michelin quieren que apures la vida de tus neumáticos hasta el mínimo legal. Sí, has leído bien.
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Viajamos con Michelin hasta Clermont Ferrand, donde se encuentra su sede, para ver las diferencias entre un neumático “low cost” nuevo y uno de gama media usado
Gris nos recibe Clermont Ferrand. Agotados por el ir y venir y ya con la noche casi encima somos recibidos por todo el equipo de Michelin en una cena que salda en el estadio Marcel-Michelin, de donde salimos con una temprana hora de encuentro para la jornada de pruebas que se avecina, en las instalaciones que la marca tiene a unos pocos kilómetros de donde dormimos, en Ladoux, un centro de investigación y desarrollo de 67.000 metros cuadrados donde se encuentra “La calle de la innovación”, con una longitud de 320 metros y donde nacen conceptos y productos que articularán la marca en los años venideros.
Unas cuidadas instalaciones nuevas, un neumático gigante… y definiendo el horizonte de las instalaciones un enorme campo de pruebas, de 380 hectáreas, donde vamos a pasar la mañana. Al fondo se ve una unidad camuflada rondando y enseguida nos advierten: “nada de fotos mientras vais de una zona