Hoy en día ver circular a un motorista con casco es, por suerte, lo más habitual. No hace tanto tiempo que prácticamente nadie lo usaba, especialmente en localidades pequeñas. Es más, las autoridades tampoco se empeñaban demasiado en que los ciudadanos lo utilizaran. En la actualidad, ver un motorista (o acompañante) sin su casco llama mucho la atención.
Sin embargo, si echamos la vista atrás, no hace tanto tiempo que el uso del casco homologado era solo una sugerencia; no era obligatorio hasta el año 1992. Dicen los estudios que, en caso de accidente, llevarlo puesto y correctamente abrochado reduce un 30 % las posibilidades de muerte y un 70 % las lesiones de gravedad.
Para conocer la historia de los cascos de moto tenemos que remontarnos hasta hace casi 100 años. Un cirujano se dio cuenta de que su paciente hubiera salvado la vida en caso de haber llevado un casco protector, algo que se demostró con el ejército británico pocos años después. Avanzando unas cuantas décadas en el tiempo, si habéis visto fotos de antiguos pilotos del mundial de motociclismo, como Ángel Nieto, recordaréis que los cascos solo cubrían el cráneo y eran de cuero. Fue Giacomo Agostini, 15 veces Campeón del Mundo, quien presentaría por primera vez el casco integral.
La evolución en materia de seguridad para los motociclistas ha sido muy grande, similar a la experimentada por los conductores de coches. Es el momento de hablar del presente. Hoy en día existen multitud de tipos de cascos de moto, siendo los más seguros y recomendables los integrales. Con este artículo queremos conocer algunos detalles que debemos comprobar a la hora de comprar y/o utilizar un casco.
Si el casco no es homologado, ni regalado
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el casco debe estar homologado, algo que conoceremos