Este fin de semana se celebra en el estado de Colorado, en Estados Unidos, una de las subidas de montaña más famosas del mundo: la subida al Pikes Peak. Una competición que a pesar de que con los años ha ido evolucionando en aras de mejorar la seguridad de los competidores, sigue guardando la esencia tradicional. Coches de todos los tipos, cada uno de su padre y de su madre, equipados con la última tecnología para conseguir ser los más rápidos en coronar la cima de este pico de 4.302 metros altitud.
El récord lo ostenta desde el año 2013 Sébastien Loeb. El piloto francés se alió con Peugeot antes de su paso por el Dakar, para fabricar una bestia del calibre del 208 T16 con el que consiguieron llegar a lo más en tan solo 8:13.878, con una velocidad media de 145 km/h. Romain Dumas, vigente campeón, ya ha ganado en dos ocasiones y ya no le vale por sumar una nueva victoria, quiere superar el récord de su compatriota.
Para ello contará con un Norma MXX RD Limited en el que ha trabajado junto a Norma y a Honda Performance Development (HPD). Partiendo de la base del M20 de 2016, con la que ganaron la 100º edición, han modificado partes del chasis y rediseñado por completos otras, como el espectacular alerón trasero que mide nada más y nada menos que 2,10 metros de ancho y que nos recuerdan a los vistos en las 24 Horas de Le Mans hace tan solo una semana.
«Hemos tratado de mejorar todo. Después de la carrera del año pasado, establecimos una larga lista junto a Norbert Santos, en la que después fuimos trabajando punto por punto. La aerodinámica es lo más importante, así como el sistema de frenado, que