Sorpresa en el caso del escándalo de los diésel de Volkswagen que, tras descubrirse el fraude en Estados Unidos en 2015, se expandió a Europa. Aunque su tratamiento institucional, y sus consecuencias en el Viejo Continente, distan mucho de las que tendría al otro lado del Atlántico. Y la sorpresa llega tras conocerse que Volkswagen aceptará la recompra de dos coches afectados en Alemania, tras renunciar al enfrentamiento con dos clientes en los tribunales de Arnsberg y Bayreuth, tal y como publicaba hoy Reuters. Pero la pregunta del millón es la siguiente, ¿qué sucederá a partir de ahora?
En un caso tan delicado como este, cabría imaginar que por el mero hecho de que salieran adelante las recompras de dos automóviles afectados por el fraude de los diésel de Volkswagen, se estaría sentando un precedente que abriría las puertas a la recompra de otros vehículos afectados. Desde Alemania (ver artículo en Handelsblatt), se habla incluso de una muestra de debilidad de la marca. Pero nada más lejos de la realidad.
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La recompra se producirá, según recoge Automotive News y habría declarado Volkswagen, por el bajo coste que supondría para la marca compensar a los dos clientes que siguieron adelante con su denuncia. Imaginamos que en Volkswagen también habrán pensado, más allá del coste de sendos procesos, en el desgaste que sigue generando en la marca uno de los escándalos más importantes que se hayan producido en la industria del automóvil en los últimos años. Y proseguir con los litigios no ayuda a pasar página.
Esta es la imagen de las campas que en Estados Unidos están almacenando los cientos de miles de vehículos afectados por el fraude de los