Si ya peinas alguna que otra cana seguro que hay tres letras que te despiertan ciertas emociones si las colocamos en el orden preciso, y ahora hay un coche alemán que las recupera para hacerte babear como lo hicieron los primeros Manta GSi y Kadett GSi de 1984.
El Opel Insignia GSi se convierte en una preciosa berlina deportiva con la que muchos nos transportaremos a décadas pasadas, donde todo era más sencillo y excitante, pero con la tecnología moderna. El más aspiracional de todos los Insignia recibe ahora un total de 260 CV de potencia con los que además de ir al trabajo o pasar tiempo con la familia también podremos meternos unos buenos chutes de adrenalina.
Opel Insignia GSi
Hay que ver lo que puede cambiar un coche con sólo tres letras en su apellido. Y es que el Opel Insignia es una de las mejores berlinas del mercado que ha ido dando los pasos correctos durante los últimos años para situarse cualitativamente entre los mejores de su clase con unos buenos interiores y un comportamiento dinámico bien definido.
El motor elegido para mover a este lobo con piel de cordero es un cuatro cilindros que cubica 2.0 litros turboalimentado. Sus credenciales son 260 caballos de potencia máxima y unos generosos 400 Nm de par motor. Además de ser el más potente de su familia promete unos consumos contenidos con 8,6 litros en ciclo combinado NEDC. Adicionalmente, Opel promete una versión diésel aunque aún no han detallado cuál.
El motor se asocia a una nueva caja de cambios automática de ocho relaciones con levas en el volante que ofrece un buen compromiso entre comodidad en el día a día y eficacia a la hora de apretar el ritmo para sacarnos una sonrisa junto al reparto de entrega a las cuatro ruedas que