Dice el sabio refranero español que “al perro flaco todo son pulgas”. Esta expresión se suele aplicar a las personas que estando en situación delicada no dejan de tener contratiempos. El Grupo Volkswagen no es que esté en una situación comprometida, pues goza de salud, fama y amor en el mundo del automóvil, pero parece que las pulgas no dejan de crecerle desde que se destapara el Dieselgate.
Según han desvelado varios medios, la división francesa del Grupo Volkswagen habría realizado labores de chapa y pintura para maquillar las ventas que habrían tenido las diferentes marcas que forman el grupo. Los primeros números hablan de más de 800 mil coches que se suponía se habían vendido pero que jamás se habían matriculado.
Al parecer, esta actividad se llevó a cabo para que los jefes alemanes del Grupo Volkswagen vieran que el rendimiento de las operaciones en Francia iba bien. Según citan estas fuentes, la práctica se llevaba realizando desde el año 2010 y fue descubierta cuando los auditores de la marca se pusieron a investigar sobre las desviaciones que había entre unos números y otros.
Tan pronto tuvieron datos concluyentes en la mano (abril de este año), los responsables de auditoria pasaron el informe al CEO del Grupo. Una vez leyó el documento éste decidió cesar ipso facto a Jacques Rivoal, Jefe de Volkswagen en el país galo. Este problema se ha hecho público ahora, pero bien podría afectar a más países o periodos temporales.
Habrá que ver cómo afecta esta situación a las operaciones mundiales del conglomerado alemán, pues ahora no solo se juega su liderato mundial como fabricante más grande, sino su futuro entero por culpa del Dieselgate. Lo que sí está claro es que habrán de andarse muy listos si no quieren tener más problemas en medio mundo.
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