Hay que reconocerlo aunque no guste a muchas personas; el Honda Accord es uno de los mejores coches que podíamos encontrar en el mercado. Lo digo en pasado, porque la firma japonesa decidió sacarlo del mercado europeo, y español, debido al escaso éxito del que gozaba. La razón es que los clientes le dieron la espalda por dos motivos, el primero por la excesiva marquitis que sufrimos en nuestro país y el segundo por el auge de los SUV.
El Honda Accord cuenta a sus espaldas con nueve generaciones y la que acaba de presentar la marca cuenta la décima. Cada vez que se ha actualizado no ha sido de forma radical, sino que ha ido cambiando los aspectos en los que fallaba la anterior generación. El secreto es mantener todo aquello que funcionaba y atraía a los clientes hacia el modelo y cambiar aquello que no gustaba o no era comparable a sus rivales.
Por ello, para desarrollar la décima generación han partido de un folio en blanco. Este folio no es más que una nueva plataforma más ligera y rígida (la misma que da vida al recientemente lanzado Civic). En ella tendrán cabida un nuevo conjunto de asistentes y ayuda a la conducción, así como los nuevos motores turboalimentados de la firma japonesa y la última caja de cambios automática con 10 relaciones.
A nivel estético no podemos decir que los diseñadores de Honda se hayan quebrado la cabeza. Sigue manteniendo los mismos trazos horizontales de los que ya hacían gala las últimas generaciones del Accord. Sin embargo, en este caso se han esforzado por dar a su frontal y trasera un nuevo aire. La parte delantera recuerda, y mucho, al reciente Civic y la trasera a algunos de los modelos que vende Acura (su firma premium) en Estados Unidos.
El nuevo