La vida es cruel, muchas de las cosas que pasan en ella no deberían suceder. Dentro de esta inmensa crueldad el sector del automóvil es uno de los más despiadados. En esta industria innumerables modelos han fracasado a nivel comercial, no por ser malos productos, sino por los prejuicios y miedos que tenían ante ellos los clientes. Tenemos ejemplos muy claros de este desprecio comercial hacia ellos como el último Fiat Bravo, el primer Smart ForFour o ahora el Hyundai Genesis.
La berlina premium de la firma sur coreana es una de las que mejor puede encarnar la esfera premium que se transmite en este tipo de vehículos. Sin embargo ha tenido que lidiar con un problema desde su nacimiento, y no es otro que haber nacido en una cuna plebeya. Hyundai es y será considerada una firma generalista y con el lanzamiento de este producto ha dejado muy claro de lo que es capaz y de lo que no. Sin embargo, los clientes de este tipo de productos están muy influenciados por la imagen y ahí la firma asiática no puede competir contra las alemanas.
Europa es el feudo tradicional de las tres marcas premium alemanas por antonomasia: Audi, BMW y Mercedes-Benz. Las firmas preimum americanas y japonesas tienen, aún, una presencia testimonial y Hyundai se ha tenido que conformar con estar en este grupo. Además, hay que recordar que el Genesis se ha vendido con una única mecánica gasolina (muy poco adaptada a los gustos de los clientes europeos) en configuración V6 y 4.8 litros de cilindrada. Este motor desarrolla 350 cv de potencia que se transmiten al suelo mediante un cambio de marchas de corte automático 8 relaciones y tracción a las cuatro ruedas.
El equipamiento de seguridad y tecnológico del Hyundai Genesis está fuera de toda duda, pero al