Hacer una ruta en coche no es sólo una excusa para irse de vacaciones o de fin de semana y poder desconectar, también es buscar sensaciones. Y hacer una ruta por Galicia es buscar sensaciones en las dos realidades que delimitan la vida en ese rincón de la península: la tierra y el mar.
En esta ocasión, y con la ayuda de un BMW X4 xDrive20d, saldremos de Coruña, dejando atrás la Costa da Morte en búsqueda del Cantábrico recorriendo uno de los rincones más desconocidos de esa región, especialmente frente a las Rías Baixas o la Costa da Morte. Y quizá por ser un tanto desconocida se nos antoja especialmente mágico.
Del enfrentamiento continuo entre mar y tierra nacen las cientos de rías que conforman el litoral gallego. Tierra y mar definen a Galicia. La tierra, fértil, rica y llena de secretos es ideal para perderse y relajarse entre castros, castillos y pazos. Aunque de pazos no hablaremos. Son casi todos privados y apenas abren al público: no hay nada más frustrante cuando viajas que encontrarte con una puerta cerrada.
Sobre todo, es una ruta para todos los que no pueden estar lejos del mar y de todo lo que nos ofrece, desde sus recursos (ese marisco…) hasta los que devoran sus colores, verde o azul para quedarse igualmente maravillados. Y qué mejor que la zona de Coruña para iniciar esta ruta.
A Coruña
Nuestra ruta comienza en A Coruña, el hogar de Breogán. Hablar de La Coruña es hablar del que es considerado el faro activo más antiguo del mundo y único faro declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad: la Torre de Hércules. Cuenta la leyenda que fue desde donde hoy se asienta la Torre de Hécules que Ith, hijo de Breogán (caudillo celta que conquistó esos territorios) y fundador de Brigantia (A