A pesar de que ha sido un tema recurrente en los últimos años, en las 24 Horas de Le Mans con las críticas de Christina Nielsen a Carmén Jordá, se ha reavivado la polémica del lugar que ocupan la mujeres dentro del automovilismo. Cada vez son más las que levantan la voz para reclamar su espacio dentro de un deporte que aún en el siglo XXI, sigue estando dominando principalmente por hombres.
No obstante, la mayoría de ellas no reclaman tener una competición hecha a su medida en la que solo se midan contra otras mujeres, sino que quieren que su reconocimiento sea en base a sus resultados en una lucha de igual a igual con el resto de pilotos, independientemente de cuál sea su género.
Precisamente, la hipotética creación de una categoría que ejerza como soporte a otras competiciones, formada únicamente por mujeres y cuyo premio fuese un test en un Fórmula 1 ha hecho saltar todas las alarmas entre las pilotos.
La primera en pronunciarse ante la posibilidad ha sido Pippa Mann, piloto contra la que Fernando Alonso compitió en las 500 Millas de Indianápolis. Fue la primera en negarse a competir exclusivamente contra mujeres. De hecho, ella ya lleva varios años midiéndose contra los mejores pilotos y ganándose su respeto sin segregaciones de género. Tras la estadounidense, muchas mujeres más se han unido a una lucha que tiene el hashtag de #WeRaceAsEquals como bandera. Parece que los organizadores de un posible certamen femenino podrían tener muchos más problemas de los esperados para completar una parrilla que a priori, se esperaba que fuese como mínimo de doce monoplazas.
«Estoy 100% de acuerdo con Pippa Mann. El deporte del motor es uno de los pocos donde hombres y mujeres compiten entre sí sin ningún tipo de