A quién no le ha ocurrido. En esas pegajosas noches de verano en las que no logramos conciliar el sueño, una vuelta a la manzana o una tila nos pueden ayudar a reconciliarnos con Morfeo. Una anciana belga de 79 años no podía dormir el pasado mes de junio, y decidió que daría una vuelta en su flamante Porsche Boxster GTS para tratar de conciliar el sueño a su vuelta a casa. Supongo que la perspectiva de calles y carreteras desiertas pudieron con el sentido común de nuestra entrañable abuela, cuyo paseo nocturno ha resultado en una citación judicial por un ligero exceso de velocidad.
El juez, en la localidad de Namur, pregunta a la anciana si de verdad era ella la que fue detectada por la policía. Un Porsche Boxster GTS, registrado a su nombre, había sido “cazado” rodando a 238 km/h. “Sí, era yo”, dijo la anciana, ante la mirada atónita de los asistentes. “No podía dormir esa noche y decidí dar un paseo para despejar la cabeza”. A continuación, confesó su propio estupor: “No tenía idea de que estaba conduciendo tan rápido. Pero no es un problema. Estoy de acuerdo con la pena que la acusación pone sobre mí“. Sorprende la cuantía de la multa, de nada menos que 4.000 euros.
Una gran cuantía económica, acompañada de tres meses de suspensión del permiso de conducir. La multa no ha sido mayor por carecer de antecedentes penales. El Porsche Boxster GTS es un coche atípico para una anciana: es un deportivo de motor central y 330 CV de potencia, capaz de alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h. Puede que no sea el mejor coche para una anciana, cuyos reflejos y noción de la velocidad pueden no estar en su mejor momento. O quizá hemos encontrado a la anciana