Jaguar ha crecido tanto en los últimos años, expandiendo su gama, y aumentando su producción a volúmenes históricos, que sus fábricas en Reino Unido no son suficientes para producir todos los coches que venden en el mundo. El crecimiento del grupo Jaguar Land Rover ha sido tan acusado en los últimos años, que una de las tareas más acuciantes pasaba por planificar la mayor expansión industrial a la que haya asistido jamás el fabricante británico. Ya se ha plantado la primera piedra de la nueva fábrica en Eslovaquia, que comenzará a producir en 2018. Hace un año comenzaba la producción en Itatiaia, Brasil, la primera fábrica propia del grupo fuera de Reino Unido. Y, regresando al tema que nos ocupa, Magna Steyr producirá en Austria el Jaguar E-PACE. Un Jaguar E-PACE que también se fabricará en China. ¿Pero por qué Austria y China?
Ni tan siquiera con las nuevas fábricas, fuera de Reino Unido, Jaguar Land Rover podría satisfacer la demanda de productos de sus clientes. De ahí que Jaguar haya recurrido a un plan tan socorrido como interesante, el de utilizar la planta de Graz (Austria) de Magna Steyr. Un plan con mucho sentido, si tenemos en cuenta que Magna Steyr es un fabricante cuya calidad está fuera de toda duda, que en los últimos años se ha encargado de producir numerosos automóviles, a menudo producciones moderadas, o incluso de carácter interino, cuando una marca no contaba con capacidad suficiente para fabricarlo.
Al respecto de Magna Steyr existen ejemplos de producción aún más notables y curiosos. Ejemplos como el del Mercedes Clase G, un todoterreno que ha sido fabricado por esta empresa desde su lanzamiento en 1979, en la fábrica de Graz.
Jaguar ya ha comenzado a fabricar en Brasil, y ha colocado la primera piedra de su nueva fábrica en Eslovaquia.