La marca de los aros quiere demostrar que la mano de obra humana aún es muy necesaria, y que incluso las temidas máquinas precisan aún de la supervisión de sus creadores. Es en la fábrica de Ingolstadt donde la aplicación de adhesivos con ayuda de robots brinda soporte con la instalación de cubiertas de polímero reforzado con fibra de carbono en el nuevo Audi RS 5 Coupé.
La tecnología de los robots permite que puedan trabajar codo con codo con los humanos sin vallas protectoras y sin riesgo para nosotros. Los sensores en el brazo del robot reconocen cuando un ser humano es tocado y detiene automáticamente cualquier movimiento en caso de peligro. Solo esperamos que no desarrollen un lenguaje propio, como le ha pasado a Facebook con dos robots que ha tenido que desconectar.
La disyuntiva entre el progreso y la destrucción
Habremos escuchado un millón de veces que las máquinas sustituirán a los humanos algún día. Hay fábricas donde han sustituido al 90% del personal con robots y la producción ha crecido un 250 %. En la esfera del transporte por carretera la automatización está ganando terreno en un oficio abocado a desaparecer: el de camionero en 2027, y también el de repartidor.
En el ámbito de la medicina incluso parecemos haber aceptado que la precisión de las máquinas puede salvarnos en el quirófano. Es la disyuntiva entre el progreso y la destrucción de empleo.
Ante un panorama cada vez más desolador en las fábricas, Audi no quiere que se olvide la necesidad del personal cualificado en las líneas de producción y ha puesto a colaborar a sus trabajadores humanos y a sus máquinas juntos.
Como primer paso, un empleado coloca el techo de polímero reforzado con fibra de carbono sobre una mesa giratoria y lo inclina. La aplicación del adhesivo se activa pulsando