Daimler (Maybach, Mercedes-Benz, Smart) ocupa últimamente titulares en la esfera de la automoción y también en la generalista. Empezó hace un par de meses con su posible implicación en el entramado Dieselgate y ahora su imagen se ha añadido a la fotografía de un escándalo de dimensiones estratosféricas en Alemania que de momento le ha costado la paralización de un importante proyecto con BMW.
Paralelamente, el grupo Daimler continua su camino hacia la electrificación y el futuro de la movilidad y se ha anunciado la inversión de más de 25 millones de euros en la empresa alemana Volocopter para hacer realidad un taxi volador eléctrico.
Misión: conquistar el mercado de los taxis voladores antes que nadie
La empresa alemana se dedica al desarrollo de multicópteros eléctricos de despegue vertical para el transporte de personas y mercancías.
«La nave, segura, silenciosa y respetuosa con el medio ambiente, con capacidad para transportar a dos personas, revolucionará la movilidad en las metrópolis», afirma. Además segura que la plataforma técnica de las lanzaderas es «extremadamente flexible y permite pilotaje, control remoto y vuelo totalmente autónomo».
La inversión que ha realizado Daimler y otros inversores ayudará a Volocopter a desarrollar un avión de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) dirigido al mercado de taxis; planea llevar a cabo demostraciones iniciales en el cuarto trimestre de 2017 en Dubái. Y es que para el 2030, Dubái pretende llevar a cabo el 25% de su transporte de pasajeros con la ayuda de medios de transporte autónomos.
Los potenciales competidores de Volocopter incluyen a las start-ups alemanas Lilium Jet y eVolo, así como Terrafugia y Joby Aviation, con sede en Estados Unidos.
Todos quieren hacernos volar
Pero la carrera por conquistar el aire no está ni mucho menos estancada; tenemos el coche volador de la