Algo que realmente me gusta de los fabricantes de automóviles italianos, es que cada coche, cada macchina, tiene un nombre diferente, distinto. Esto es algo que se puede ver en grandes marcas, firmas con historia y renombre, como Ferrari o Alfa Romeo.
Si bien es cierto, de vez en cuando se recurre a la nostalgia para renombrar a nuevos modelos, como en el caso del Alfa Romeo Giulia. En más de 70 años de historia en Ferrari, desde el nacimiento del que sería su primer deportivo, el 125 S, tan sólo cuatro modelos han portado en su denominación ciudades italianas. El último ejemplar, todavía sin anunciar, que se unirá a este selecto club, será el Ferrari Portofino.
550 Maranello
El Ferrari 550, desarrollado desde 1996 hasta 2002, volvió a utilizar la configuración de motor V12 situado en posición delantera, algo que no se hacía desde el Ferrari Daytona (1968-1974). Presentado en el Salón del Automóvil de París, el 550 montaba un motor delantero V12 en posición longitudinal de 5,5 litros que rendía 485 CV de potencia. Además, fue el primer modelo de la firma italiana en contar con un sistema de control de tracción de serie.
Era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,4 segundos y alcanzaba los 320 km/h como velocidad máxima. Su peso era de 1690 kilogramos y su depósito de gasolina de 115 litros. Se fabricaron 3083 ejemplares.
575M Maranello
Presentado en 2002, su base era la de un 550, de hecho, el apellido M significa “Modificata”. Ferrari también fabricó una versión descapotable que perdía la denominación Maranello para adoptar Superamerica. El 575M contaba con un motor de 5,7 litros, 0,3 litros más que el 550, y su potencia máxima aumentó hasta los 515 CV a 7.250 rpm.
Además de los cambios en el motor, el 575M introdujo un novedoso