Seguro que tú, al igual que yo, has soñado en muchas ocasiones con coches de muy altas prestaciones. Un servidor nacía a principios de los 90, teniendo como referencias en la infancia los Ferrari Testarossa y Lamborghini Diablo. Miniaturas, maquetas y media tarde jugando con ellas en la alfombra del salón haciendo el ruido del “¡brum, brum!”. Ya no quedan supercoches tan puros como aquellos dos italianos de los 90 y será difícil que algún día pueda conducirlos con libertad, pero no todo está perdido.
En Actualidad Motor nos gustan los coches de todo tipo, y lógicamente también los superdeportivos troncha-cuellos, pero no solemos probar habitualmente modelos de tan altas prestaciones. El caso es que llegó el día en que, hablando con los responsables de comunicación de Audi España, teníamos la oportunidad de probar durante varios días un Audi R8 V10 Plus. Lo aceptamos, pero nunca llegamos a pensar que fuera tan difícil convivir con un coche así. Queremos que sepas cómo nos fue en el día a día.
Recuerdo que, según se iba acercando el día que tenía que recogerlo, cada noche me costaba un poco más conciliar el sueño. Intenté no leer pruebas de otros medios para que todo el apartado de sensaciones me pillara de nuevas, pero sí vi cientos de fotos para tener controlado cada detalle de su exterior, cada línea de su carrocería, y también de su interior, pues iba a pasar muchas horas con este compañero de aventura durante varios días.
Llega el día D. El despertador suena y me quedo un par de minutos en la cama pensando, con cierto miedo, que ha llegado el día. ¿Por qué miedo si es mi sueño desde la infancia y el de miles y miles de personas en todo el mundo? Probablemente el hecho de saber que un golpe