Hace cinco meses se desvelaba la compra de Opel / Vauxhall por parte del grupo PSA Peugeot-Citroën. Hoy el proceso de adquisición ha finalizado oficialmente y se avecinan muchos cambios.
En junio dimitía el CEO de Opel, Karl-Thomas Neumann, y era sustituido por el que fue jefe de finanzas de Opel desde 2012, Michael Lohscheller. Paralelamente, se está llevando a cabo la adquisición de las operaciones europeas de GM Financial; PSA tiene un buen reto por delante y ya se ha marcado una fecha.
Tres años para ser rentables
El presidente de PSA, Carlos Tavares, quiere devolver la rentabilidad a Opel y Vauxhall a través de una estructura de gestión «mucho más ligera» que pretende desbloquear economías de escala en Europa y sinergias en compras, fabricación e investigación y desarrollo estimadas en 1.700 millones de euros, tal y como han informado en un comunicado. Tavares ha añadido:
«Opel seguirá siendo alemana, Vauxhall seguirá siendo británica. Son el complemento perfecto para nuestra actual oferta de marcas francesas Peugeot, Citroën y DS Automobiles.»
La adquisición abre un nuevo capítulo en la historia de Opel después de 88 años con General Motors, y se han fijado como meta el 2020 para convertir de nuevo a su reciente adquisición en una marca rentable. El nuevo grupo sitúa a PSA en segundo lugar en Europa con una cuota de mercado del 17% en el primer semestre de 2017.
PSA y Opel seguirán trabajando por su parte con el desarrollo de propulsión eléctrica por el que Neumann estuvo trabajando durante sus últimos meses en la compañía.
El objetivo era entonces ir más allá del Ampera-e y centrarse únicamente en la producción de vehículos eléctricos para que en 2030 Opel se convirtiera en una marca puramente eléctrica y que además, pudiera sobrevivir a las pérdidas millonarias de los últimos años.
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