Muchos son los grandes fabricantes de automóviles que están haciendo una apuesta de futuro con los vehículos eléctricos, pero el hipotético auge de este tipo de vehículos, sobre todo una vez mejoren las infraestructuras que requieren y su precio de mercado se equipare al de los automóviles convencionales con motor de combustión, traerá también algunos inconvenientes.
Además del litio utilizado actualmente en las baterías, los coches eléctricos también precisan una gran cantidad de otras materias primas, como es el caso del cobre. De hecho, los eléctricos requieren hasta cuatro veces más cobre que los coches convencionales, por lo que algunos expertos auguran una futura escasez de este material a medida que la producción de eléctricos se dispare.
Así lo afirma el director comercial de la compañía minera BHP, Arnoud Balhuizen, quien asegura que los productores de cobre serían los primeros en no ser capaces de satisfacer la demanda de los fabricantes de automóviles. A día de hoy del parque automovilístico global, de unos 1.100 millones de vehículos, apenas un millón corresponde a eléctricos, pero se estima que para el año 2035 esta cifra podría ascender a 140 millones de vehículos eléctricos, siendo generosos.
Las principales minas de cobre a nivel mundial están envejeciendo, y no se han hecho descubrimientos importantes de este material en las últimas dos décadas, aunque desde BHP afirman que sus minas de Escondida y Spence, en Chile, y otra en Australia, deberían ser suficientes para poder satisfacer la demanda de sus clientes.
Del excedente a la escasez, o eso auguran
Durante años el sector de la minería del cobre ha estado de capa caída, con el precio de este material descendiendo sin freno y con enormes excedentes que dicen podrían alcanzar el millón de toneladas, pero todo esto podría cambiar muy pronto una vez el vehículo eléctrico se implante. A decir