De sobra es sabido por todos que Ken Block es un tipo capaz de hacer auténticas virguerías con los coches. Además de su larga trayectoria en el mundo de la competición, también es habitual verlo en múltiples exhibiciones desafiando a las leyes de la física y tal vez también a su suerte, pues algunas de estas maniobras son de muy alto riesgo.
En su última Gymkhana, llamada Climbkhana, el piloto asciende el mítico tramo de Pikes Peak a los mandos de su Hoonicorn V2; que no es otra cosa que un Ford Mustang de 1965. Pero no, no es precisamente un Mustang clásico de serie, pues lleva una preparación extrema con un elenco de modificaciones. Si te preguntas por su motor, gracias a varios ajustes y a la sobrealimentación mediante dos turbos, desarrolla nada menos que 1.400 CV. El espectáculo está asegurado. ¡Dale al play!
El recorrido es de unos 20 kilómetros, y si pensabas que los 20 kilómetros más peligrosos eran los de Nürburgring estabas muy equivocado. 1.500 metros de desnivel, decenas y decenas de curvas y acantilados de vértigo es lo que ha tenido que superar Ken Block. Por supuesto, quemando goma y gasolina como si no hubiera mañana, además de abusar de la palanca del freno de mano.
A diferencia de otros “hillclimb”, aquí no se tiene en cuenta el tiempo, sino la capacidad de asombrar a los espectadores. Probablemente, o al menos así nosotros lo pensamos, esta Gymkhana es la más espectacular que hemos visto de Ken Block, y no es precisamente porque las demás hayan dejado que desear, sino porque simplemente la que hoy os traemos parece más bien de una película con muchos efectos especiales. El resultado, sin duda, es espectacular.
Por cierto, ¿habéis visto el detalle en el momento 4:00 imitando al mítico Ari Vatanen con su