Desde hace años – demasiados – tenía un viaje pendiente, una visita al Museo Porsche de Stuttgart. Este mismo verano pude cumplir con esa tarea pendiente que, creedme, todo aficionado de Porsche, y todo amante de los deportivos y los coches en general, debería hacer por lo menos una vez en la vida. Y he de reconoceros que esta, mi primera visita al Museo Porsche de Stuttgart, coincidiendo con la presentación del nuevo Porsche Cayenne que allí tuvo lugar, colmó con creces mis expectativas. Sobre todo teniendo mucho tiempo para detenerte en cada coche y visitarlo relajadamente.
La visita al Museo Porsche es recomendable, aunque parezca de perogrullo, por la cantidad de joyas que se pueden contemplar bajo un mismo techo. Más de ochenta vehículos, se dice rápido, en una auténtica obra de arte arquitectónica. Más allá de lo más obvio, también hay que decir que una de las claves de este museo está en la organización que Porsche ha diseñado para sus coches. En un espacio completamente diáfano, y a diferentes alturas, nos encontramos con zonas reservadas por temática, los primeros Porsche 356 – incluido el primero fabricado en Gmünd – los 911, los deportivos de carreras y resistencia, los transaxle, los superdeportivos, e incluso la gama más moderna.
El Museo Porsche es, sin duda, uno de los lugares de visita obligada para cualquier aficionado de Porsche o amante de los deportivos y los coches en general
Si estáis pensando acudir próximamente, es interesante saber que actualmente la exposición temporal tiene mucho que ver con el recién presentado Porsche Cayenne y su lema es “New tracks. Every Destination. Always Porsche“.
A priori puede parecerte que una exposición sobre el Porsche Cayenne, en el museo de una marca con un legado en la competición como Porsche y creadora de algunos de los mejores