Sí. Año 2017 y las mujeres aún hacen cosas por primera vez: arbitran partidos por primera vez, se convierten en oficiales de infantería de la Marina estadounidense por primera vez, son ministras de Defensa en la India por primera vez, ganan una carrera de motociclismo por primera vez, pilotan un avión por primera vez (y tienen que abandonar por el acoso), conducen por primera vez en 60 años.
Esta última hazaña ha ocurrido en Arabia Saudí, país que vive bajo la monarquía absoluta del rey Salman bin Abdulaziz, reconocido amigo en España, y en el que los clérigos consideran que las mujeres que conducen socavan los valores sociales. La potencia petrolera acaba de publicar un decreto en el que se permite la expedición de permisos de conducir tanto para hombres como para mujeres. Pero las mujeres saudíes tendrán que esperar hasta junio de 2018 para poder decir que no son las únicas mujeres del mundo a las que se les prohíbe conducir.
Los Ulemas han hablado
En Arabia Saudí convive el lujo más decadente, la desigualdad y el conservadurismo más estricto bajo la monarquía absoluta del rey Salmán bin Abdulaziz. La lista de cosas que las mujeres no pueden hacer aquí da para una enciclopedia que quizá no tengas ganas de leer, pero con el siguiente párrafo podrás hacerte una idea meridiana de lo que significa nacer mujer en Arabia Saudí.
Fue en 1957 cuando el gobierno de Riad dejó de emitir licencias de conducir a las mujeres; comenzaba el boom fundamentalista.
En 2002, 15 niñas murieron en la Meca en un incendio. La denominada policía de la moral, encargada de velar por la ley islámica, impidió que pudieran escapar por no llevar puesto el preceptivo velo y la túnica que debía cubrir sus cuerpos. Era preferible que murieran antes de que se saltaran