Las cada vez más duras normas de anticontaminación han hecho, en los últimos años, que cada vez sea más complicado ver vehículos atmosféricos y de grandes cilindradas; el movimiento hacia la baja cilindrada y el turbo conocido como downsizing. Pero no solo eso. Viendo que la dureza de estas normativas cada vez va a más, pocos son los fabricantes que se niegan a invertir en, al menos, investigar con productos alternativos como coches eléctricos o híbridos.
El Salón del Automóvil de Frankfurt, que abre sus puertas el día 12 de septiembre, será testigo de la presentación de un prototipo de Honda CR-V Hybrid. Que no te engañe la palabra prototipo, pues su estética no es para nada desproporcionada o extraña, tomando la carrocería del Honda CR-V que ya se comercializa al otro lado del Atlántico y que pronto llegará al mercado europeo.
Pero no es su estética lo que más nos importa de este prototipo. El Honda CR-V Hybrid cuenta con un motor térmico de gasolina I-VTEC de 4 cilindros y 2 litros de cubicaje que funciona en ciclo Atkinson, un propulsor eléctrico y un motor-generador eléctrico independiente. Un dato a tener en cuenta es que no utiliza una caja de cambios convencional, sino un que tiene una única relación de engranajes de conexión directa, lo que mejora la transferencia de la energía a las ruedas.
El sistema i-MMD, que proviene del inglés Intelligent Multi-Mode Drive, determina como consumir la gasolina y la energía eléctrica en cada momento para resultar más eficiente. Los tres modos de propulsión son EV Drive, Hybrid Drive y Engine Drive. Te explicamos las diferencias entre ellos:
Con el modo EV Drive el coche se desplaza únicamente por la energía de las baterías, estando el motor térmico apagado por completo.
En el caso del Hybrid Drive, el motor de gasolina alimenta