Los muscle car y pony car son coches americanos impresionantes que nos hacen salivar, nos aceleran el pulso y nos ponen la piel de gallina. Puedes ser más o menos purista, pero seguro que esta reintepretación que te traemos va a despertar algún sentimiento en tu interior, y posiblemente sea de envidia. O bueno, incluso lujuria.
Bajo el apelativo G-code, Ringbrothers ha vuelto a obrar su magia sobre un ya de por sí precioso Chevrolet Camaro de 1969. Ese coche que se ha convertido en un objeto de culto se ha transformado en un impresionante restomod que no es sólo una cara bonita, su carta de presentación es una potencia descomunal que supera los 1.000 caballos de potencia.
Nacido en 1969, restaurado para asombrar
Cada pieza que compone este Camaro ensamblado para el SEMA 2016, aunque no lo parezca, ha sido modificada de una manera bastante acertada para lucir espectacular. Los paragolpes se han rediseñado para adoptar unas nuevas formas que no se apartan del clásico pero abrazando unos nuevos conjuntos de iluminación moderna espectaculares.
La parrilla delantera se ha reconstruido desde cero y el capó ahora está hecho a mano en fibra de carbono. Todo ello cubierto por un trabajo de pintura azul sencillamente impresionante con contrastes en blanco.
Bajo ese capó ligero se esconde un motor LS3 de ocho cilindros en uve que cubica 6.2 litros en origen y ofrece una potencia de 430 CV, pero su admisión se ha forzado hasta el extremo añadiendo un enorme compresor Whipper que dispara su entrega hasta los 1.013 caballos de puro músculo americano.
La fuerza se transmite directamente a las ruedas traseras, como buen pony car, a través de una transmisión Bowler de seis velocidades para abrasar los neumáticos mientras respira por una línea de escape hecha a medida exhalando por unas colas de acero