Se ha desatado una improvisada guerra por batir récords de velocidad. Bugatti desveló hace unas semanas que su espectacular Chiron se iba a embarcar en un programa de gestas épicas con las que postularse como el coche más rápido del mundo a base de pasear sus 1.500 CV de potencia.
Casi como si estuvieran esperando su oportunidad, en Koenigsegg no han tardado más que unos días en detrozar el primer registro marcado por el Chiron. Si el Bugatti lograba el 0-400-0 km/h en 41,97 segundos, el no menos impresionante Agera RS ha rebatido su argumento en nada menos que 5,5 segundos, ¡36,44 segundos! Pero, ¿cómo lo ha conseguido?
1. Potencia
La potencia es la fuerza física determinante para que un coche pueda romper récords de este tipo. Desde que el motor es capaz de transformar en este caso un derivado del petróleo en energía hasta las ruedas y estas se mueven para desplazar el coche, la cantidad de caballos que son capaces de empujar especialmente a velocidades MUY elevadas determinan cómo de rápido puede moverse el vehículo.
A medida que aumenta la velocidad la resistencia a seguir sumando dígitos al velocímetro requiere una demanda de potencia que se incrementa exponencialmente, y el Koenigsegg Agera RS es significativamente menos potente que el Bugatti Chiron.
El motor que mueve a la bestia sueca es un ocho cilindros en uve de aluminio con 5.0 litros de cilindrada y aspiración forzada por doble turbo de geometría variable que con gasolina convencional dispara la potencia hasta 1.176 CV y 1.280 Nm de par motor. Cifras que contrastan notablemente contra los 1.500 CV y 1.600 Nm del Chiron.
Con Entonces, ¿cómo puede ser posible? Fácil, no todo es cuestión de potencia.
2. Peso
Si hay un dato determinante en esta lucha de titanes contra la