Tal y como hizo el Ayuntamiento de Madrid el pasado año, la Gran Vía de la capital será cerrada al tráfico de vehículos privados durante el periodo de Navidad, aunque según ha confirmado a Onda Madrid el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del consistorio, José Manuel Calvo, no sólo durante las Navidades: la medida será permanente.
La ampliación de aceras para uso peatonal, que ya se llevó a cabo en 2016, volverá a hacerse operativa este mes de diciembre (aún no sabemos fecha concreta), pero una vez pasadas las fiestas se mantendrá la medida para iniciar las obras que, definitivamente, cierren la Gran Vía al tráfico de turismos. Algo de lo que ya se había hablado a principios de año.
La nueva Gran Vía que prevé el Ayuntamiendo de Madrid tendrá dos carriles por sentido: uno dedicado exclusivamente a los vehículos autorizados y otro para el transporte público y las bicicletas. «La idea es empezar las obras de remodelación justo después de Navidades para mantener ya el funcionamiento de la Gran Vía en base a esa ampliación de aceras», ha declarado Calvo a la emisora de radio.
Esta medida de cara a Navidad supone que el tráfico en esta arteria madrileña se reduzca en un 400%, pasando de los 50.000 vehículos que la transitan diariamente en la actualidad a unos 10.000, comenta Calvo. «Será una calle mucho más amable, muy verde, como desea la alcaldesa Manuela Carmena, con espacios para sentarse y disfrutar, y para dar prioridad a los peatones, los grandes olvidados», concluye el delegado.
Siguiendo el ejemplo de Europa
Los conductores madrileños tendrán que buscar alternativas a la Gran Vía, ya que esta calle será cerrada al tráfico entre Plaza de España y su confluencia con la calle Alcalá. «En ninguna ciudad del mundo desarrollado los coches cruzan por el centro de la