Desde que Donald Trump llegase a la Casa Blanca como nuevo Presidente de los Estados Unidos se han llenado páginas y páginas con noticias como nunca antes habíamos vivido. Trump se caracteriza por un marcado perfil proteccionista, pero puede ser tan proteccionista que incluso resulta excesivo para los propios intereses de la nación americana.
Según recogen en Reuters, los gigantes de la industria automovilista estadounidense, proveedores y distribuidores están creando una nueva coalición con la que instar a Trump para abandonar su iniciativa de cancelar el acuerdo NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) que favorece el comercio entre EE.UU., Canadá y México.
Trump está dispuesto a negociar, pero bajo sus exigencias
Este frente de la industria engloba a fabricantes de la talla de General Motors, Toyota, Volkswagen, Hyundai y Ford como ejemplos más representativos pretenden disuadir a la Casa Blanca. Trump cree que disolviendo el acuerdo se mejorará la economía americana y se fomentará el empleo, algo totalmente contrario a lo que opina la industria.
Las cadenas de producción y distribución establecidas por las marcas entre los tres países suponen grandes ventajas que no sólo desaparecerían en caso de que Trump liquidase el NAFTA, sino que además supondrían un sobrecoste innecesario y un nuevo escenario comercial y logístico mucho peor que el actual. Justo lo contrario que pretende conseguir el rubio de oro.
General Motors is sending Mexican made model of Chevy Cruze to U.S. car dealers-tax free across border. Make in U.S.A.or pay big border tax!— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 3 de enero de 2017
«General Motors está enviando modelos del Chevy Cruze hechos en México a Estados Unidos sin pagar aranceles. ¡Hazlo en Estados Unidos o paga grandes aranceles!”.
Donald Trump llega avisando desde que llegó a la presidencia que los coches vendidos en Estados Unidos deberían ser fabricados en la nación