El Audi TT RS ha madurado tanto con el paso de los años que ya tiene 400 caballos, una cifra muy cercana a los 420 caballos que entregaba el primer Audi R8 con el fabuloso y añorado motor 4.2 V8 atmosférico.
El nuevo TT RS es más potente y sobre el papel más rápido que su primo el Porsche 718 Cayman S (350 CV), ha ganado muchos enteros en cuanto a comportamiento, tiene un diseño exterior que no deja indiferente y un habitáculo que es digno de una película de ciencia ficción. Así que para conocerlo en detalle lo mejor es probarlo. A fondo. Sin piedad.
Presentado en sociedad en abril del año pasado, el Audi TT RS era una de esas máquinas malditas para mí, ya que por diversas circunstancias se resistía a pasar por mis manos desde que lo puse en el punto de mira hace ya algunos meses. Después de tres citas sin éxito, a la tercera fue la vencida.
La unidad que nos cedió Audi para la prueba, corresponde a un TT RS con carrocería Coupé (también está disponible como Roadster) con unos cuantos extras. Un envoltorio precioso en color blanco con detalles en negro brillante, unas llantas de 20 pulgadas que le vienen como anillo al dedo y, quieras o no, un auténtico rompe cuellos allá por donde pasa.
Muy vanguardista, muy Audi
A pesar de medir solo 4,18 metros de largo, el Audi TT RS consigue conjugar en ese tamaño una estilizada carrocería que, manteniendo la esencia del icónico TT original, rezuma deportividad y vanguardismo por los cuatro costados.
Y cuando digo por los cuatro costados, en este caso es literal. El frontal es extremadamente agresivo, afilado y con una mirada que intimida. La parrilla Singleframe muy marcada, destaca por el logo ‘quattro’ en la parte