Si bien los diseños de los coches alemanes, por norma general, suelen ser poseer líneas rectas y ángulos muy marcados, los japoneses suelen ser todo lo contrario, apostando por formas agresivas, curvas y diseños más atrevidos. Así lo ha hecho Toyota con la cuarta generación del RAV4.
La cuarta generación del RAV4 introdujo, en su versión restyling lanzada en 2015, la variante híbrida que hemos podido probar cuenta con el acabado Feel! Edition. No es la primera versión que cuenta con un motor eléctrico y baterías, ya que fue en 1997 cuando la marca japonesa desarrolló su primer RAV4 EV, y en 2012 produciría su segunda generación de la mano de Tesla. El Toyota RAV4 destaca por su habitabilidad, así como la comodidad que ofrece tanto su sistema híbrido, que funciona de manera noble y confortable.
Diseño moderno y estilizado
El RAV4 cuenta con una línea de diseño moderna, como nos tiene acostumbrados la marca nipona. El logotipo de Toyota está bordeado por un color azul que nos recuerda que cuenta con un sistema híbrido para su propulsor. Un gran detalle. A ello hay que sumar las protecciones plásticas en los bajos que aportan un punto de robustez.
El frontal está gobernado por las grandes ópticas delanteras que cuentan con LED diurnos y un diseño que combina a la perfección curvas y ángulos rectos, en armonía con el resto del diseño. Por otro lado, en el centro nos encontramos con el logotipo de la marca y a ambos laterales veremos los faros antiniebla.
En el lateral destaca una fina línea cromada que recorre todos los pilares, desde el A hasta el D, y bordea por debajo las ventanas del RAV4. Sus grandes llantas bicolor de 18 pulgadas contrastan con el color Azul Medianoche exclusivo de la versión Feel! Edition.
En la zaga nos encontramos con un