¿Recuerdas el car-puccino? Se trataba de un viejo Volkswagen Scirocco que se hizo famoso hace siete años por usar como combustible granos de café. En concreto, 70 kg de café para un recorrido de 338 km. Pero lo que fue un cómico experimento en 2010, se va a convertir en algo más serio en 2017.
La empresa tecnológica Bio-Bean se ha dedicado a industrializar el proceso de reciclaje para convertir los posos del café en biocombustibles y productos químicos, y va a probar los resultados en los autobuses londinenses. Tal y como desvela la BBC, quiere hacer funcionar un autobús durante un año, pero necesitará como 2,55 millones de tazas de café para conseguirlo. Ah, el proyecto está respaldado por Shell.
¿Cómo lo hacen?
En noviembre de 2017, como parte de un proyecto especial respaldado por la iniciativa #makethefuture de Shell, Bio-Bean se asoció con la petrolera y con la mezcladora de combustible Argent Energy para crear miles de litros del primer biodiésel derivado del café en el mundo.
Este biocombustible, una mezcla llamada ‘B20’, se elabora mezclando primero el aceite de café extraído de los posos de café residual con otras grasas y aceites. Argent Energy luego usa estos aceites para crear biodiésel, que a su vez se mezcla con diésel mineral. Según la empresa, el biodiesel B20 ofrece una reducción del 10-15 % en las emisiones de CO? en comparación con el diésel tradicional, al tiempo que evita que el café desechado se envíe al vertedero donde libera metano, que es 28 veces más potente que el dióxido de carbono.
Bio-bean recolecta café molido en todas las escalas, desde cafeterías independientes hasta las principales cadenas de café y desde universidades hasta fábricas de café instantáneo. Como cuentan con socios para la gestión de