El Grupo Volkswagen se encuentra en plena ofensiva de productos movidos por GNC (Gas Natural Comprimido). Esta interesante alternativa al GLP y a los híbridos destaca por unas emisiones contaminantes muy bajas, menores emisiones de dióxido de carbono y un funcionamiento y refinamiento idéntico al de un motor de gasolina. Después de probar un Skoda Octavia Combi G-Tec movido por GNC soy un converso, pese a que no todo son ventajas. Ahora SEAT amplía su oferta de modelos TGI propulsados por GNC con el SEAT Ibiza. El SEAT Ibiza TGI es uno de los modelos más interesantes y sensatos de la gama.
En primer lugar, el SEAT Ibiza TGI se basa en el motor 1.0 TSI de tres cilindros que emplean un gran número de vehículos del Grupo Volkswagen. Este motor desarrolla 90 CV en el SEAT Ibiza TGI, así como 160 Nm de par entre las 1.900 rpm y 3.500 rpm, 5 CV menos que en los Ibiza de gasolina. Bajo el piso del maletero, donde iría la rueda de repuesto, SEAT ha instalado un depósito de 13 kilos de gas natural comprimido, almacenado a 200 bar de presión. A este depósito se suma un depósito de gasolina de 40 litros, ya que el coche puede funcionar con ambos combustibles – es considerado un coche bi-fuel.
Sobre el papel, hace el 0 a 100 km/h en 12,1 segundos y su punta es de 180 km/h. No es un coche prestacional, pero sí muy económico.
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El SEAT Ibiza 1.0 TGI sólo se puede encargar con una caja de cambios manual de cinco relaciones. Usando GNC, el consumo medio declarado es de 3,3 kg/100 km, emitiendo con este combustible una media de solo 88 g/km de CO2 según el ciclo NEDC. En base a mi experiencia con